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Antes de dar inicio a cualquier actividad de evaluación del desarrollo del curso, es importante que se planifique la forma como se llevará a cabo. Las siguientes preguntas pueden resultar útiles para que los profesores definan la manera cómo van a evaluar:
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¿Qué aspectos del curso van a ser evaluados? |
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¿Qué instrumentos van a ser utilizados para obtener la información necesaria? |
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¿Cómo se va a realizar el análisis e interpretación de los resultados? |
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¿Qué se va hacer con esa información, para qué se utilizará? |
El proceso de evaluación deberá ofrecer información sobre los nuevos elementos utilizados en el diseño y el proceso de aplicación del curso, así como de los resultados del aprendizaje de los alumnos. Estos resultados deberán ser evaluados tomando como referencia los ejes de transformación propuestos:
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Trabajo con base en tareas, proyectos, situaciones o problemas reales que permitan un aprendizaje complejo, y cuya solución requiera la integración de conocimientos, habilidades y actitudes |
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Incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación como herramienta para favorecer el aprendizaje |
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Incorporación de métodos, resultados, problemáticas y avances de la investigación. |
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Así como las estrategias docentes que el profesor haya considerado. |
A partir del diseño del curso y durante el periodo lectivo, pueden obtenerse datos relevantes que provengan de diferentes fuentes de información: el docente, los estudiantes y/o un observador externo, que puede ser un profesor que haya participado en el grupo del diseño de los cursos. Así, podrá contarse con un cruce de perspectivas y puntos de vista de tres agentes educativos distintos sobre el mismo fenómeno, lo que enriquecerá la información que se obtenga y permitirá que ésta sea más objetiva.
Por otra parte, en el proceso de evaluación es muy importante considerar el grado de satisfacción del estudiante en relación al curso: a las tareas realizadas, las actividades de aprendizaje, el trabajo colaborativo, la investigación, el uso de tecnologías, la información, entre otros.
Sin embargo, es necesario también contar con evidencias objetivas del aprendizaje alcanzado por los alumnos. Es recomendable que la evaluación del aprendizaje se lleve a cabo en diferentes momentos y con diferentes instrumentos de medición. Las rúbricas o matrices de valoración, las pruebas y las evaluaciones, tanto del desarrollo y resolución de sus tareas/proyectos como del logro en los exámenes parciales y final.
Una forma muy útil que permite evaluar de manera objetiva el diseño del curso es la aplicación del método experimental, mediante el cual el profesor puede comparar los resultados obtenidos en dos diferentes grupos de estudiantes: un grupo que haya trabajado con el nuevo diseño del curso, y otro con la planeación habitual. En caso de que el profesor opte por este método, debe ser muy cuidadoso en su instrumentación, ya que se requiere contar con grupos de estudiantes similares que se inscriban en el mismo curso y, de preferencia, con el mismo profesor.
Se pueden llevar a cabo comparaciones de los resultados de aprendizaje de los alumnos de cursos anteriores a partir del análisis de indicadores como el rendimiento, la reprobación, el ausentismo, la deserción, y la calidad de los trabajos o productos realizados por los estudiantes.
Para llevar a cabo la evaluación del diseño del curso, es necesario considerar algunos aspectos que pudieran influir en la enseñanza y el aprendizaje, como las características de los alumnos, los periodos lectivos de los que provienen, el comportamiento del grupo y las situaciones emergentes que se pudieran presentar, por mencionar algunos.
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