8. El facilitador de una docencia innovadora

La principal contribución de los académicos que participan como facilitadores de un proyecto de innovación de la docencia es la de compartir su experiencia como agentes de cambio, apoyar como colega a otros académicos en este proceso de transformación y contribuir a la construcción de una cultura institucional de innovación y mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Su actividad principal es la de coordinar el trabajo colaborativo de un grupo de profesores para que sean ellos mismos quienes, a través de la modificación de su trabajo cotidiano con los estudiantes, participen de manera directa y comprometida en este proceso encaminado a la innovación.

El docente universitario tiene como encomienda el análisis permanente de su práctica y la introducción de aquellas estrategias que le permitan optimizar el aprendizaje de los alumnos. Ante este reto se ve impulsado a conformar, junto con otros profesores, una red de colaboración y de construcción de conocimiento que consolide la calidad del cuerpo académico de la institución. De esta forma se garantiza que en la universidad se genere una cultura institucional de innovación y mejora continua que redundará en una formación de excelencia para sus estudiantes y futuros profesionistas.

Se espera que el docente que funge como facilitador comparta con sus colegas su experiencia de innovación de la docencia, los motive para diseñar e integrar estrategias novedosas a su práctica docente y los apoye en este proceso.

Las funciones que el profesor-facilitador de la docencia innovadora son: mediar o coordinar los procesos que faciliten la incorporación y de otros colegas al proceso de análisis y mejora de la enseñanza, gestionar la información necesaria y relativa a los procesos de mejora de la enseñanza y del aprendizaje, orientar, acompañar y motivar a sus colegas en el proceso de cambio de su práctica y evaluar los avances en la consecución de una enseñanza orientada a la innovación del aprendizaje.


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