2.4 Incorporación del enfoque de pensamiento complejo

"En situaciones complejas, es decir, allí donde en un mismo espacio y tiempo no sólo hay orden, sino también desorden; allí donde no sólo hay determinismos sino también azares; allí donde emerge la incertidumbre, es necesaria la actitud estratégica del sujeto frente a la ignorancia, el desconcierto, la perplejidad y la lucidez." Morin, et.al. (2003)

El pensamiento complejo está definido por el propio Morin como un estilo de pensamiento y de acercamiento a la realidad. Se parte de la afirmación de una realidad compleja(2) , en la que ocurren una serie de eventos, acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares que se tejen y que dan lugar al mundo que conocemos; y de un pensamiento que se acerca a ella con una lógica que permite la ambigüedad, el desorden, la incertidumbre y el error, en una espiral de aproximaciones que captan la multidimensionalidad de forma integrada, a diferencia del pensamiento contemporáneo que aísla, fragmenta y simplifica la realidad.

Se propone enseñar en una forma de pensamiento más cuestionadora, reflexiva e integradora que tenga como punto de partida la ignorancia, la incertidumbre y la confusión. Que vea a la teoría como un inicio y posibilidad de tratar un problema, y no como una verdad acabada.

Frente a este paradigma de la complejidad, se requiere de una planeación de la enseñanza intencionada, integradora, flexible y abierta. En este sentido, en el diseño de la enseñanza se recomienda considerar:

Promover la aproximación de los contenidos que se abarcan desde diversos puntos de vista, mediante la ejecución de actividades de diversa índole, utilizando diferentes metodologías y procesos.

Sugerir la ejecución de actividades de aprendizaje que promuevan la interrelación entre procesos, métodos, modelos, planteamientos, premisas, conceptos.

Sugerir la ejecución de tareas a partir de su problematización y vinculación con el contexto.

Dirigir las prácticas de enseñanza no a procesos lineales (presentación-contenidos-evaluación) sino al desarrollo de competencias profesionales: evitar la fragmentación del conocimiento al sugerir actividades de aprendizaje que giren en torno a la acción (ejecución de tareas/proyectos integradores), en lugar de plantear actividades que giren solamente en torno a la adquisición de conocimientos (organizadas por temas, unidades, módulos) aislados, desvinculados entre si y distantes del campo profesional.

Incorporar actividades diversificadas y prácticas como estrategias para comprender, aprehender e interpretar los hechos y fenómenos.

Apuntalar el diseño y la impartición del curso con otros contextos, cursos, disciplinas.



Referencias

Morin, E. et.al. (2003). Educar en la era Planetaria. Barcelona: Gedisa.



(2) La complejidad está determinada por el número de elementos y las relaciones, acciones e interacciones que se dan entre ellos.



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