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La formación basada en competencias ha sido implementada en la educación desde hace varias décadas. Ha adoptado distintos enfoques y ha integrado aportes laborales, empresariales y de ámbitos disciplinares como la psicología, lingüística, sociología, educación y administración, entre otros. Debido a que este tipo de formación se ha aplicado en diferentes escenarios y contextos, ha generado resultados polémicos, así como discursos y opiniones encontradas. Algo similar ha ocurrido con la noción de competencia, ya que en primer lugar no se sustenta en un concepto unívoco; resulta un término polisémico y se compone de elementos tangibles e intangibles. Por tal razón, el término de competencia ha sido adoptado y adaptado según el contexto y la finalidad con la que se ha utilizado. Para algunos estudiosos en la materia, "paradójicamente, allí donde radica la mayor falencia de las competencias, la multiplicidad de perspectivas y la transposición del concepto de una disciplina a otra, es donde está su mayor fortaleza" (Tobón, 2008:45).
Lo relevante es que más allá de las posturas y perspectivas encontrados sobre la terminología utilizada y de los contextos de aplicación de las competencias, el abordaje de este marco de referencia ahora toma en cuenta tres factores: las demandas del mercado laboral-empresarial-profesional, los requerimientos de la sociedad, y la gestión de la autorrealización humana desde la construcción y el afianzamiento del proyecto ético de vida (Ver López Herrerías 2002). En el diseño de la enseñanza y el proceso de aprendizaje este enfoque se postula como un camino pertinente para resolver algunas de las problemáticas más severas que aún permean en la educación tradicional.
En congruencia con el propósito de innovación que se plantea en el proyecto Aula, pero sin la intención de plantear un concepto reduccionista, se puede entender que:
a) Las competencias profesionales son "los procesos complejos que las personas ponen en acción para resolver problemas y realizar actividades del contexto profesional aportando a la construcción y transformación de la realidad teniendo en cuenta los requerimientos específicos del entorno, asumiendo las consecuencias de los actos" (adaptado de Tobón, 2008:49).
b) La competencia "es la exitosa movilización de los recursos de un individuo para responder eficazmente a una determinada demanda, situación o problema y dar las mejores soluciones de acuerdo con el contexto y las circunstancias. Una competencia integra aptitudes, comportamientos y contextos de una forma multidimensional. El punto de atención de una educación basada en competencias es el desempeño, entendido como la posibilidad de que el individuo enfrente y resuelva situaciones concretas mediante la puesta en juego de los recursos que posee: conocimientos, actitudes y valores. Lo importante del valor de los conocimientos no radica en poseerlos, sino en hacer uso de ellos" (Buzón, 2005).
c) Las competencias no podrían abordarse como comportamientos observables solamente, sino como una compleja estructura de atributos necesarios para el desempeño en situaciones diversas donde se combinan conocimientos, actitudes valores y habilidades con las tareas que se tienen que desempeñar en determinadas situaciones" (Gonczi y Athanasou, 1996).
El docente, como estratega del cambio y de la mejora del aprendizaje de sus alumnos, debe considerar el enfoque de competencias cono vehículo para planear su enseñanza e incorporar de manera continua elementos de mejora en su práctica docente. Para tal fin, y en congruencia con el MEIF, el profesor debe considerar que la unidad de competencia es la "acción viable e identificable en un ámbito de aplicación específico, en la cual se integran los saberes teóricos, heurísticos y axiológicos, los cuales constituyen los elementos de la competencia; el que sea viable se refiere a que debe poder ser desarrollada en el transcurso de un periodo escolar; el que sea identificable alude a las evidencias y los criterios de desempeño para demostrar que se desarrolló la unidad de competencia" (Universidad Veracruzana, 2005).
Dependiendo de la Experiencia Educativa, de su contribución al perfil de egreso del estudiante y de su relación con otras experiencias educativas similares o de diferentes disciplinas, la unidad de competencia puede desagregarse en subcompetencias. Estas no constituyen saberes y habilidades fragmentadas y aisladas, sino que contienen de forma inherente un elemento de competencia necesario para lograr la unidad de competencia.
Con base en las nociones anteriores y bajo el enfoque de pensamiento complejo, las competencias se distinguen por integrar ciertos atributos y elementos estructurales que se interrelacionan entre sí y que deben ser considerados al momento de planear la enseñanza e innovar la práctica docente:
a) Se expresan en acciones, contienen un objeto sobre el cual recae dicha acción, una situación y contexto, y una condición de calidad de ejecución o desempeño.
b) Integran de manera global los conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes y aptitudes (ejes teórico, heurístico y axiológico) para que el estudiante pueda lograr los resultados esperados de acuerdo al nivel de formación.
c) Explicitan de manera general los factores que se consideran en diversas situaciones o contextos que el estudiante debe resolver y transferir de forma adecuada con un desempeño adecuado. Entre ellos se pueden mencionar los factores éticos, sociales, económicos y sustentables.
d) Se desarrollan a través de la realización de tareas/proyectos.
e) Los problemas son complejos, poco estructurados y tienen varias soluciones.
f) Se explicitan las evidencias de desempeño para juzgar y evaluar la competencia lograda y los diferentes niveles de logro.
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Referencias:
Buzón, 0. (2005). La incorporación de plataformas virtuales a la enseñanza: una experiencia de formación on line basada en competencias. Revista latinoamericana de tecnología educativa. vol 4 núm 1.
Gonczi, A. y Athanasou,J. (1996). Instrumentación de la educación basada en competencias. Perspectiva de la teoría a la práctica en Australia. México, Limusa.
López Herrerías, .A. (2002). Aprender a conocerse y a ser feliz. Teorías/terapias de la personalidad para el trabajo educativo. Barcelona, Herder.
Tobón, S. (2008). Formación basada en competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica. Bogotá, ECOE Ediciones.
Universidad Veracruzana (2005). Guía para el diseño de proyectos curriculares con el enfoque de competencias. Xalapa: UV
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